La crisis del imperio

 

Tras morir Felipe II en 1598, el imperio hispano empezó a debilitarse y comenzó a fragmentarse.  Felipe III, Felipe IV y Carlos I, los reyes del siglo XVII dejaron que gobernaran los  

validos ( eran consejeros que confiaba el rey y gobernaban en su lugar ). Algunos importantes eran:

- El duque de Lerma

- El conde-duque de Olivares


En el 1640 los validos trataron de reforzar el poder del rey reduciendo las instituciones con las que él tenía que contar para gobernar. Por esa causa Portugal protestó y se independizó de España. También protestó Cataluña.  En 1648 España aprobó la independencia definitiva de estos territorios y la pérdida de predominio en Europa.



En 1700 Carlos II falleció sin dejar a nadie su cargo. Por ello se presentaron dos candidatos para ocupar su lugar.

- El archiduque Carlos (alemán)

- Felipe de Anjou (francés)


España se dividió en dos bandos:

- Castilla prefería al candidato francés.

- Aragón prefería al candidato alemán.

 

Por estas opiniones comenzó una guerra civil e internacional entre estos dos bandos.

En 1713 la guerra finalizó quedando ganador Felipe de Anjou, que para declarar su victoria firmó el tratado de Utrecht.

 

 

 

Felipe V en el trono


Felipe V empezó una nueva forma de gobierno, la monarquía absoluta.

En 1707 y 1716 promulgó los Decretos de Nueva Planta, que acabaron con las Cortes de Cataluña, Aragón, Valencia y Mallorca y con sus fueros o leyes propias.


 

 

 

Las reformas


Los reyes del siglo XVIII emprendieron muchas reformas.

- Administrativas (Los validos se sustituyeron por los secretarios de estado).

- Económicas (Se crearon manufacturas reales y las compañías comerciales).

- Otras públicas (Se construyeron carreteras y canales).


 

 

 

El final de la edad moderna

Durante el siglo XVIII, los reyes se enfrentaron con Gran Bretaña y Portugal, que querían que España abandonara el monopolio en las colonias ( que permitiera que otros países pudieran comerciar también en ellas.


Sus guerras provocaron muchos gastos y esto hizo que los reyes elevaran los impuestos y la población empobreció.


En 1808, como no podían solucionar la pobreza, estalló el motín de Aranjuez que obligó a Carlos IV que fue en favor de su hijo, Fernando VII.

 

 
                                                                                             Sara Baquero y Andrea Palacios