AVANCE DE LOS REINOS CRISTIANOS.

 

Primera etapa (siglos VIII al X) 8 y 10
En este periodo surgen los distintos núcleos de resistencia cristiana en el norte, consolidan su territorio y avanzan tímidamente hacia el sur, hasta llegar a la línea del Duero en 910, situación que se mantiene hasta el final del siglo X, con el río Duero como fuerte frontera natural entre árabes y cristianos.

Segunda etapa (siglos XI y primera mitad del XII) 11 y 12

La actitud defensiva de los núcleos cristianos comenzó a variar a comienzos del siglo XI, cuando aprovechando la debilidad de Al-Andalus tras la desaparición del califato de Córdoba en 1031 y la disgregación de los Reinos Taifas, León y Castilla rebasan la Cordillera Central y ocupan la cuenca del Tajo

Alfonso VI de León y Castilla conquistan Toledo en 1085.

La ocupación del reino de Toledo constituyó
un duro golpe para los musulmanes, que buscaron la ayuda de los musulmanes del norte de África: los almorávides. Estos entraron en la Península, vencieron a Alfonso VI en Sagrajas y, a pesar de sus derrotas ante Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, en tierras de Valencia,consiguieron unificar todo Al-Andalus y amenazar a los territorios cristianos.

Tercera etapa (siglo XIII) 13
A partir de este momento, el avance cristiano se aceleró en los distintos flancos. El rey Jaime I de Aragón conquistó Baleares y Valencia. 
Por su parte, castellanos y leoneses, unidos definitivamente en 1230 por Fernando III, conquistaron las plazas de la actual Extremadura y avanzaron sobre el valle del Guadalquivir, conquistandoSevilla y Córdoba por el oeste, y Jaén y Murcia por el este, entre 1236 y 1248. Poco después, su sucesor, Alfonso X, ocupó Niebla y Cádiz.
Mientras tanto, en la zona más occidental, los portugueses llegaban a Faro, en 1249.
En definitiva, entre los años 1045 y 1266, los cristianos, que empezaron con pequeños núcleos de resistencia, habían ampliado sus territorios resolviendo a su favor la pugna entre cristiandad e Islam. De este modo, Al-Andalus quedó reducido al reino de Granada, que se vio obligado a “convivir pacíficamente” con los reinos cristianos, a cambio de pagar elevados tributos a los mismos, hasta su conquista definitiva en 1492.